Según los datos de los notarios, en 2021 se llevaron a cabo 676.775 compraventas de viviendas en todo el territorio nacional y se firmaron 344.432 préstamos hipotecarios.  Se trata de la cifra más alta desde 2007, cuando estábamos en pleno boom inmobiliario. De tal forma, el 50,9% de todos los inmuebles residenciales que cambiaron de propiedad durante el año pasado precisaron de una hipoteca para formalizar la operación. 

Más esta tendencia ya se instauró en el mercado en 2020, tras romper con nueve años de hegemonía de las operaciones al contado (de 2011 a 2019). El peor año fue 2013, donde dos tercios de las operaciones totales se pagaron al contado, cuando el sector financiero había cerrado la llave del crédito y el precio de la vivienda seguía cayendo.

Con todo, la creciente tendencia de los compradores por viviendas más grandes y de mejores calidades calidades, la subida de precios de la vivienda y las buenas condiciones de financiación que ofrecen los bancos, que llevaron al tipo de interés medio a mínimos históricos, fueron algunas de las principales razones que impulsaron la compra de viviendas con hipoteca, que se vuelve a situar en línea con los niveles registrados entre 2007 y 2010.

 

Fuente | Idealista